Nada tiene freno
juncos verdes se doblan por completo
camalotes pasan rápido frente a nosotros
se chocan armando un pequeña isla
las nubes pasan apuradas
dejando entrever el cielo
de gris plata a celeste brillante
la laguna está agitada
el viento la mueve
las hojas vuelan
árboles inquietos se desnudan
un chico camina con su capucha puesta
un perro corre sin entender qué pasa
yo observo el paisaje con inquietud
despido los días cálidos
dejando huellas
el otoño ha llegado
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