SENTIR ÓSEO

En menos de lo que pude pestañar
un sudor frío
subió por mis vértebras
el conocimiento se adormeció
en brazos de quien no recuerdo
y en mis impregnados ojos
descubrí tinieblas
las marcas no quería ver
por si la sangre fluyera
el golpe fue seco
y apenas puedo recordar
–ahora es cuando busco ese segundo antes del todo–
la pesadilla aún no comenzó
una calma falsa
sonrisa mueca
se guardaba en bolsos de arena
¡estábamos vivos!
o tal vez solo lo suponíamos
el dolor fue recalcante
el brazo
no sentí
apenas se sostenía
de tejidos vivos
no quería mirar
tocar
el hueso podía salirse
verse
el sostén
fugaz
el desmayo.
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