
NOS FUIMOS A ROSARIO ....
FESTIVAL BUEN DÍA NOVIEMBRE 2006

** I **
“… algún ángel me seguía casi rozándome;
su sonrisa y su traje, cotidianos;
se parecía a algún pariente, a algún vecino. …”
Abrí la puerta
y alguien más entró
un ser no visible
el ángel que sube conmigo
en el mismo ascensor
y que por las noches
con sus alas hace brisas
que refrescan mi rostro
aún adormecido
traspasa las puertas
como las ventanas
se refugia en rincones
de paredes blancas
confunde su cuerpo
de yeso y de cal
** II **
“…Anoche, volvió, otra vez, La Sombra;
aunque ya habían pasado cien años, bien la reconocimos...”
“…El espejo donde se miró o no se miró, cayó trizado.
Parecía que quería matar a alguno. ...”
Como un vistazo
obligado por un otro ser
vestía de negro
pasó la puerta
-solo yo la ví-
su sobretodo largo
rozaba el piso
juntaba los desperdicios de la calle
se los guardaba
desplazándose
hacia su búsqueda
de nueva muerte
tal vez un joven o un anciano
su camino es corto y directo
la víctima no tiene salida
el tiempo se detiene
un cuerpo esfinge
quedará presente
** III **
“…Árbol de magnolias…”
“…De ti bajaron…”
“…los gatos, serios como hombres, con sus bigotes y sus ojos de enamorados…”
Empezaste apenas visible
tormentas y vientos
sofocaron tus raíces
pero te pusiste fuerte
y creciste hasta árbol
tus flores blancas inundaban
los fondos del parque
se reflejaban con el sol
como cristales de agua
sos el centro
amparo de nuestros vecinos-gatos
luna de miel
regazo de sus nuevos hijos
protector de calores
sombra fresca
de aromas impregnantes
en días celestes
de verano férvidos
** IV **
“…Bajó una mariposa a un lugar oscuro; al parecer,
de hermosos colores…”
“…Bajo las alas hay un hombre…!
“…Llamamos a un vecino. Trajo una pinza. Sacó las alas.
Y un hombre alto se irguió y se marchó…!
El túnel era angosto
apenas atravesaba
las paredes
púrpuras y moradas
él quería salirse
de los rojos-azules-violetas
de sus alas
mostrar sus brazos ocultos
bajo el movimiento de aleteo
continuo
él quería crecer
pisar la tierra
usar sus pies
él ya no sentía su ser mariposa
él era hombre de
un cuerpo a probar
** V **
“…De súbito, estalló la guerra….”
“…El aire quedó ligeramente envenenado. Se desprendían los murciélagos
desde sus escondites….”
“…De esto ya hace mucho, aquella vez, cuando estalló la guerra,
arriba de las calas. ….”
De repente
la extensión verde
se hizo polvo
gris-ceniza
las flores
se retuercen
sin agua sin aire
corro a buscar
todo lo que pueda guardarme
indago en las miradas vivas
en la flores recién moribundas
en las calas
grises ahora
en sus cuerpos ahogados
y aquellos que pueden
buscan huir
bajo las alas de murciélagos
aterciopelados
me escondo
bicho bolita
hasta que la nube
se desintegre
** VI **
“…A veces, al mediodía, cuando el sol embriaga -si no,
nunca nos atreviéramos-, mi madre y yo, tomadas de la mano,
íbamos por los senderos de la huerta,
hasta pasar la línea casi invisible, hasta la vid…”
El camino era fresco
perfumado
galería de sombra por debajo
y arriba todo sol
escondida la línea de
morados, rosas, violetas y púrpuras
en diferentes posturas
se congenian
imágenes
de lo que cada uno quiere
ver
estirarse hasta llegar
y robar
una
uva
para refrescarse
la boca
** VII **
“…Había nacido con zapatos. Rojos, finos…”
“…Y en la cara tenía varias dentaduras, y lentes celestes como el fuego…”
“…Al pasar, por la tarde, parecía el ángel de la devoración con pie punzó. …”
“…Y sentía temor y amor hacia el Maestro Tigre que llegaba en la noche a buscar doncellas.
Y nunca la eligió. …”
Llena eras
de dientes
y unos ojos que se mezclan
en el aire de cielos
intensos veranos
no importan tus vestiduras
sino el rojo que inunda
tu pies
volados
por ser un algo
tan poco descriptible
como querido
te cubrís de soledad
bajo la túnica
de la angelical devoración
** VIII **
“…Al alba bebía la leche, minuciosamente, bajo la mirada vigilante de mi madre…”
“…yo huía hacia la inmensa pradera…”
“…yo sólo miraba a las piedras…”
“…Y, qué podía hacer; tenderme allí, que mi madre no viese…”
Ritual diurno
la fría leche a tomar
junto su cara
que simulaba decir palabras
sin sonidos
sin acaso una mueca
y el paisaje se hacía mío
en cada correteada
bajo la inmensa pradera
cubierta de piedras
a las que no sacaba mi vista
durmiendo sobre ellas
a escondidas de mi madre
** IX **
“…Los hongos nacen en silencio…”
“…Unos son blancos, otros rosados, ése es gris y parece una paloma…”
“…Pero, aparece en la tarde el comprador de hongos…” “…Mi madre da permiso…”
Después de aquella lluvia
y esa humedad que inundaba
los huesos
el jardín quedó cubierto
de sus cuerpos
esparcidos
en distintas formas
campanitas
blancas y grises
y esa malvada intención
de patearlos
hasta arrancar sus partes
es reprimida
por la presencia de mi madre
** X **
“…Los leones rondaban la casa….”
“…Llevaron hacia afuera a la abuela….”
Leones
abrazan los cuerpos
con sus pieles doradas
y su pelaje cálido
se transforman
matan a sus presas
como si nada pasara
y vuelven a ser reyes
en cada puesta de sol
-un león llevó
a mi abuela
presa de su pelaje limpio
a algún lugar que aún
yo no conozco
pero ella volvió
entre bigotes y uñas
trayendo miel entre sus pechos-
** XI **
“…Me acuerdo…” “…de los huertos-,…”
“….Y las altas acelgas azules. Y el tomate, riñón de rubíes.
Y las cebollas envueltas en papel de seda …”
Recuerdo
a mi abuelo
con las manos llenas de tierra
cuando la quinta
se trabajaba
como un cuerpo propio
comer los tomates
recién sacados
caramelos
bien rojos
limpiando bajo el agua
acelgas jóvenes
encerar la piel
de cebollas
perfectamente redondeadas
despertar inesperadamente
a protegerse del viento
del frío
iluminados por luciérnagas
atrevidas
extraviadas en las noches
de largas re corridas
** XII **
“…Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado.
Se alimenta de muchas especies y de sólo una….”
Mi alma busca
el frente de ataque
crecer
del dolor y del no tanto
a veces se vuelve perfeccionista
otras se pierde
es fresca y llora
tan seguido
como lluvia mojando campos
le gusta saborear las letras
jugar a ser otro
jugar a ser yo misma
mi alma al final se limpia
de presiones y resentimientos
se hace chiquita
para crecer más fuerte
se pierde y se encuentra
cada noche
bajo la orden
de la luna
asomada
por la ventana de la existencia
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